Chakras, la energía que llevamos dentro

Chakras, la energía que llevamos dentro


El estómago adolorido, la garganta cerrada, una opresión en el pecho o la excitación sexual son manifestaciones de los centros energéticos del cuerpo. ¿Cómo funciona la energía interna y qué podemos hacer para mejorarla? por Eduardo Labra.

Con frecuencia escuchamos usar el término energía, pero ¿sabemos realmente de que se trata? Frases como: “sentí una baja de energía” o “había una energía potente en ese lugar” o “esa persona tenía energía positiva” son de uso corriente. Se trata de algo que todos de alguna manera intuimos, pero que pocas veces nos detenemos a conocer en profundidad.

De acuerdo a la tradición oriental sabemos que cada persona posee siete centros de energía o chakras. Este sistema ha constituido una guía espiritual central que ha sido utilizado como centros de meditación por místicos desde hace miles de años.

Los chakras son centros psíquicos del cuerpo que están en permanente actividad. Son una especie de vórtice o remolino que actúan en todo momento, a través de los cuales podemos explorar nuestra interioridad. Son los principales componentes de la conciencia y todos, en algún momento de la vida, hemos estado fuertemente conectados con alguno de estos niveles.

Los chakras están unidos por la columna vertebral y es ahí donde circulan las energías. En el plano físico se relacionan con las glándulas del sistema endocrino y con el sistema nervioso, y la ciencia biológica los percibe registrando los cambios químicos producidos por las glándulas.

No es que sean parte de algún órgano del cuerpo, sino que se superponen a estos de una manera sutil. Sin embargo los efectos en el cuerpo físico son importantes ya que determinan la salud y equilibrio de los órganos, además de nuestra constitución física general.

Quizás lo más importante es que la vibración de cada chakra produce ciertos patrones que condicionan nuestras acciones en la vida cotidiana. Por ello, al hacer consciente el movimiento y estado de estos centros energéticos podemos mejorar aquello que necesita restablecer el equilibrio, de otra forma seguiremos repitiendo las mismas pautas con las correspondientes consecuencias.


Volver a nacer

Una manera de conectarnos con nuestra parte espiritual es haciendo alguna dieta, practicando la solidaridad de manera desinteresada, haciendo ejercicios como el yoga o meditando. Así, podemos lograr que la energía fluya a los centros superiores, con el consiguiente cambio de actitud y motivando -en ocasiones- cambios tan importantes que incluso podemos hablar de un nuevo nacimiento.

Mantener estas energías en ascenso es la principal tarea a la que están dedicados aquellos que trabajan con energías cósmicas, ya sea a través de diferentes tipos de terapia o del cultivo del mundo interior.

Para esto existen variadas disciplinas como: meditaciones, visualizaciones y mantras o sonidos, que estimulan la apertura de los chakras superiores, evitando que los instintos nos dominen, generando ansiedades y dependencias.
Los siete chakras

Los chakras relacionados con la tierra están asociados con el cuerpo físico y nos conectan con los aspectos materiales de la existencia, estos son:

Chakra base, ubicado en el cóccix, está relacionado con la satisfacción de las necesidades materiales del cuerpo, comida, casa, descanso, calor.

Chakra sexual, vinculado a las emociones de la atracción erótica.

Plexo solar, nos centra colocándonos en el lugar del mundo que nos corresponde.

En el corazón llegamos al centro del camino, este centro nos enseña del amor y la sanación.

Los llamados chakras superiores son:

Laríngeo, con el que nos comunicamos, creamos, relacionamos, aprendemos.

El tercer ojo (entrecejo), nos permite discernir y así ver las cosas tal cual son.

Chakra coronario, ubicado en la parte superior de la cabeza, nos conecta con las energías cósmicas, luz o amor universal.